Tears of sadness for you,
More upheaval for you,
Reflects a moment in time,
A special moment in time,
Yeah we wasted our time,
We didn't really have time,
But we remember when we were young.
(Insight - JD)
Me ha gustado mucho la película Control, basada en la vida de Ian Curtis. No tiene nada que ver el hecho de que me guste más o menos Joy Division: la historia no va de eso aunque la música del grupo y de otros esté perfectamente distribuida a lo largo de la gran obra de Anton Corbijn,.
Control va de amor, de sueños y de felicidad. Va de dudas existenciales, va de la dificultad que tiene uno en dejar una relación basada en otra clase de sentimientos que no en el amor para lanzarse a la aventura de ser un pop star y vivir el amor de sus sueños con la chica de quien realmente está enamorado.
Se pueden hacer mil lecturas pero la mía es que es la historia de un tipo que no supo llevar la felicidad. La felicidad no es para todos y no precisamente me refiero a la falta de oportunidades, que mal o bien siempre hay alguna. Es difícil vivir la felicidad sin miedo a que un día se acabe. Realizar sueños a veces resulta abrumador como el amor mismo. No es para todos, insisto. No todos tenemos el valor de entregarnos a una vida donde los sueños sean algo más que aspiraciones lejanas. Ian Curtis lo tuvo todo en sus manos y no pudo con ello. Algunos de nosotros también dejamos que se nos vayan cosas especiales. Es más cómodo vivir quejándose de la vida que vivirla de verdad. El no saber que hacer a veces es sólo una excusa para no hacer nada. Para no sentir ni sentir demasiado.
La película ante todo, es bellísima : fotografía preciosa en blanco y negro, un Sam Riley decidido a encanar con perfección a Curtis sin rumbo y una banda sonora precisa que a cada instante nos lleva más adentro de una historia más cercana de lo que nos gustaría imaginar.