Ayer me enteré que arquitecto brasileño Paulo Mendes había sido galardonado, por el conjunto de su obra, con el Pritzker de Arquitectura (un premio equivalente al Nobel ). Debo confesar que su nombre me sonaba pero que no tenía ni idea de que sería "el conjunto de su obra", así que me puse a buscar y me encontré con una bonita sorpresa.
La obra más conocida de Mendes es el Museo Brasileño de Escultura, ubicado en plena Avenida de Europa, por donde todas las mañanas durante cinco años pasaba mi autobus hacia la universidad. La imagen de sus jardines, su hormigón tan "paulistano", y como no, la escultura de una mujer, siempre me han llamado la atención. Parecía la imagen ideal para describir la ciudad...amplia, gris, anonima,solitaria
Encontré esa foto en internet y el corazón me dió un vuelco. Ha sido como volver en el tiempo. Esa era la imagen que yo solía ver desde la ventana. Echo de menos estos días ya tan lejanos, la ilusión de aquellas mañanas, el ruído alrededor. Echo de menos una parte de mí que allí se quedó, y que seguirá siempre del otro lado del charco. Tan cerca, tan lejos. A veces uno siente que le falta un trozo y se pregunta donde empezar a buscar.La añoranza tiene algo de melancolico,pero a la vez es bonito: tanto echar de menos tiene un porqué, acordarme que pese al sueño y los atascos, cada día al ver este paisaje yo sentía que era inmensamente feliz.
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