He decidido mudarme de casa. Irme a vivir sola. Normal. Estoy cansada de compañeras de piso raras y tendré que dejar mi adorado piso de 150 m2. Una pena. Pero la llegada de una persona un poco loca y la marcha de mi querida Bea después de dos años, han sido el empujón que faltaba para que me decidiera.
Y la vida sería más fácil si yo me fuera a vivir con “mi” novio, pero todavía creo que el amor y no la comodidad y la economía deban actuar como catalizadores de ciertas cosas. Está claro que vivir en pareja es bastante más barato y hay estudios que sostienen que la gente hasta vive más feliz. Y lo creo, lo creo porque me acuerdo. Pero también me pesan frases como las uno que me dijo que estuvo 10 años con una chica por una cuestión de pelas y las de otro que decía que era muy difícil cambiar y acostumbrarse a otra persona.
Dejo de digresiones y me piro. Ayer estuve mirando algunas opciones y el panorama es desolador. Las inmobiliarias actúan como si estuvieran haciendo favores y no vendiendo un servicio. Es la perversión de la lógica comercial: tú me pagas, tú me buscas a mí, y yo no hago nada.
Debería cambiar de profesión.
Pero como se dice en la campaña presidencial de Brasil , “yo soy brasileño y no desisto nunca”. Una que se ha educado en una cultura donde putean hasta no poder al ciudadano se adapta fácilmente a la chulería de las inmobiliarias y arrendadores.
Esta gente no sabe con quien está jugando!!!!
29 septiembre 2006
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