29 noviembre 2006
Porque no pienso volver...
La gente siempre me pregunta si quiero volver a Brasil. Yo siempre contesto culpable que no sé si quiero. Culpable por no tener ese sentimiento nacionalista de los emigrantes en general, por decir claramente que hay cosas que no soy capaz de aguantar o que sí, soy perfectamente capaz de hacerlo pero no si puedo evitarlo mejor.
Y portadas como las de la Revista Veja, la revista semanal más importante del país reafirman mi decisión de no volver jamás. Quien en su sano juicio publica en portada un reportaje titulado “Las posibilidades de casarse”?. La foto no deja duda – un bouquet para varias manos, que por lo que se puede leer dentro, están tan preocupadas en casarse que no les sobra tiempo para preocuparse con quien lo harán. Según el reportaje las mujeres deberían darse prisa porque el tiempo es inversamente proporcional a la posibilidad de encontrar un marido.
Toda una declaración de intenciones que no hablen realmente de amor. Hablan de marido, hablan de tener hijos y familia. Dejando claro que aparentemente lo que importa no es encontrar una persona con quien desees tener hijos o compartir tu vida, sino que una persona para casarse y cumplir con el guión que tiene previsto la vida para las “vencedoras” que consiguen un hombre para llamar de suyo.
Lamentable. Yo estoy a favor del matrimonio, de los hijos, de todas las decisiones que tomen los seres humanos motivados por algo más noble que actuar copiando a los demás. El otro día me han preguntado que pensaba yo de casarse, de hijos, de relaciones que te hacen perder el tiempo. Y yo, a lo mejor soy inocente, pero por muy romántico que parezca me niego tener una relación para cumplir tabla.
Y me niego volver a un país donde las chicas tienen que darse prisa.
Porque a mí me gustan hacer las cosas con tiempo.
Siempre.
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