23 enero 2007

Cosas várias

Dicen en la tele que el invierno finalmente ha llegado. Como si fuera algo que debíeramos celebrar. Con el invierno me ha llegado un dolor de garganta del copón, hecho que comprueba una vez más que no estoy hecha para los climas extremos. Lo curioso es que el frio no me molesta, en realidad me apetecía incluso que cayera algun copo de nieve porque debo confesar que mi relación con esa manifestación de la naturaleza (se podrá llamar así?) es todavía de lo más infantil. Me gusta hacer muñecos, resfregarme en ella y comerla: porque sabe muy bien! Y como no, hacer guerra con bolas de nieve. Cosas de una niña del tercer mundo que no ha visto la nieve hasta los 20 años y no se dió cuenta entonces que nevaba y insistió que era una "lluvia rara" hasta que las calles estuvieron blancas de todo.
Pero hoy hace sol con lo cual mis esperanzas de recuperar el tiempo perdido de mi infancia con la nieve se han reducido a nada. Me ha costado levantar pero ahora estoy de buen rollo. Estoy disfrutando mucho de la idea de vivir sóla. Vale que mi casa todavía esté un poco desorganizada (sobretodo mi armario), vale que haya el problemilla del baño. Pero me encanta llegar y hacer lo que me dá la gana. Poner la rádio, cocinar algo para mí, jugar con mi gatito.
Semana pasada estuve en Ikea comprando unas cosas que faltaban. Es increíble la cantidad de cosas inútiles que venden en aquella tienda. Parece una carrera con obstáculos donde tienes que llegar al final saltando todos aquellos cacharros llenos de cosas que no necesitas para tu casa pero que son monísimas de la muerte. Creo que he aprobado. No he comprado nada raro y la única putada ha sido que me lié con uno de los muebles y compré lo que no era. Creo que todo es parte de una estratégia para que vuelvas y tengas que submeterte otra vez a la carrera. Una vez es fácil que te escapes pero que haré la próxima vez que vea eses peluches de animales tan mono o alfombras redondas y de colores a 9,99 euros?

Seré capaz de resistirme?

El Ingmar ese es un tío listo. Para los suecos es como un semi-Dios.

Yo sólo quería unos cajones para mi armario.

Zamparme unos bollitos de canela y no echar a nadie de menos.

2 comentarios:

clarita dijo...

Hello querida Thays!!
aodrei esse post, eu nunca saio a salvo da IKEA!
Temos que combinar nosso cinema...

a propósito...a audiência do seu blog está cada dia maior! Valeu Editora Abril pela constância!! Todo dia bate ponto por aqui!

...you got it, right?

Ana dijo...

jajajaja lo del ikea es un complot en toda regla.. es un laberinto con atajos! pero aun los atajos son liosos.. ooooh, mira que cosita tan mona? para qué sirve? no lo sé, pero verdad que es mona? xD