26 abril 2007

Los beneficios de la duda

La gente utiliza el beneficio de la duda no precisamente cuando toca, sino que cuando les conviene. Somos así de cara duras, dispuestos a negar las evidencias siempre que sea minimamente posible.

Por ejemplo: si un chico guapo, que no es tu amigo ni nada, te dice literalmente: “y si te invito” , “te apetece...”. Está claro que lo que busca no es precisamente tu amistad (ya lo digo yo, tengo suficientes amigos) sino que se trata de una cita. Si tú tienes alguna duda sobre si el chico te mola o no, siempre puedes aceptarla y en el caso de que cambies de idea y decides que no te gusta, decir que pensabas que era sólo amistad. Está claro que quedarás fatal pero siempre puedes hacerlo. O al revés, cuando tu decides contactar a un viejo amigo que hace siglos que no hablas con él pero te da corte porque te preguntas si pensará que tu quieres un date : sabes de sobra que, pese a que te haya ayudado mucho cuando terminaste una relación, en el fondo, puede que le gustaras, con lo cual, puede que tu llamada no sea tan inocente y lo que quieras, no sea precisamente hablar de los viejos tiempos. Pero siempre queda allí el beneficio de la duda, para que le llames sin problemas y para que él acepte sin problemas y que cada uno tenga la respuesta:"sólo somos amigos" - siempre que sea necesario.

Entre aceptar citas y proponerlas siempre queda la posibilidad de decir que no era eso lo que querías. Y más si eres chica, siempre puedes decir que no te han entendido perfectamente y que la amistad es algo todavía más bonito. Para nuestro bien o para mal, podemos siempre actuar, incluso sin darnos cuenta, como si nos gustara alguien, dar muestras claras de ganas y deseo pero al final, cuando toca hacer algo, por falta de huevos, por falta de tiempo, conveniencia o por lo que sea, tomar el camino corto y fácil del beneficio de la duda.

No hay comentarios: