De vuelta a casa, por fin.No ha sido mucho tiempo pero la cosa de viaje tras viaje me tiene un poco cansada. Fisicamente, un poco, pero también emocionalmente cansada pese a que haya pasado "la prueba" de estar de estar tan cerca y actuar como si hubieran tres sistemas solares por en medio. Lo hice pero queda una cierta tristeza dentro de mí cuando lo pienso. Pero no pienso todo el tiempo así que está bien.
Me fue a patinar hoy y la cosa empieza a tener buena pinta: hago unos giros impresionantes! Vale, estuve hora y media practicando bajo un sol mercuriano pero aparte de un bronceado color "pollo asado" he conseguido hacer giros paralelos hacia los dos lados.
Soy la mejor!
Lo sé, es una clase de satisfacción infantil pero satisfacción al fin y al cabo. Intentas, intentas y consigues y te da un cierto gusto enseñarselo a tu compañero de patines, como cuando eres pequeño y aprendees a leer y quieres que todos lo sepan.
También es infantil y un poco raro que relacione lo de patinar con un cierto proceso interno de liberación. Será porque mientras patino estoy tan concentrada en no caerme y en no matar que directamente no pienso y ya sabemos que si no piensas no existes, sino piensas en ello, no existe.
O algo por el estilo.
30 junio 2007
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