Una de las primeras cosas que hace la gente al empezar una relación, es hablar de las relaciones antiguas. Sí. Lo hacemos casi todos no se sabe bien si por el morbo de saber más de una vida ajena o si es una maniobra bastante clara para conocer a una persona a través de los batacazos en su vida amorosa. Si. Batacazos. Claro está es que si una persona se encuentra sola alrededor de los 30 años, o incluso antes, habrá tenido historias buenas y malas pero desde luego historias que se han acabado. Y todos sabemos que los finales tienen mucho menos glamour que los comienzos.
Yo de mi parte evito preguntar por las ex de mis chicos. Evito porque tengo una tendencia natural a que me caigan bien, no sé bien porqué. No me veo capaz de poner a parir a una persona que ha tenido el mismo gusto que yo y siempre desconfío mucho de la gente que pone a parir a sus ex sin decir nada de bueno. Si tu ex era un idiota completo y tu no lo viste puede que tu también lo seas. A saber.
Pero por mucho que de largas estoy convencida que a los chicos les encanta husmear en nuestra vida pasada. Dicen que no, pero no es cierto. Tiene que saber qué clase de chicas somos, si unos zorrones que se tiran a lo que se menee o posibles candidatas a esposa ideal. Como últimamente tengo un rollo bastante escéptico en los asuntos del corazón, hice lo posible para dejárselo bien clarito : no, no soy una zorra, no, no me hicieron demasiado daño, sí, me he enamorado alguna vez pero ahora no me da la gana. Más que no darme la gana creo que me falta un poco la capacidad de hacerlo. No sólo me resulta complicado imaginarme enamorada otra vez, sino que incluso no soy capaz de entender como me he enamorado antes, como he dicho y escrito ciertas cosas. Parece algo tan lejano que es como si no hubiera existido.
Algunos pensarán que soy una persona triste pero no es así. Cuando quitas la ilusión y la certeza de que existe alguien especial para ti, con quien compartes cosas especiales como que por obra de magia, resulta que estás mucho más madura para tener una relación de verdad. Puede que el amor exista realmente y puede que las relaciones deberían durar siete años como propone aquella diputada alemana, y puede que todo salga bien y dure para siempre. Ser conocedor del éxito y del fracaso es el primer paso para no exigir demasiado a tu pareja, para que la quieras como parte de tu vida y no como tu vida misma. Aunque que todo eso suene un poco a Schopenhauer la verdad es que yo sigo creyendo en los afectos y en la poesía, la única diferencia es que soy consciente de que a veces saldrá bien y otras mal y no pienso culpar a nadie por ello: es parte del show.
Yo de mi parte evito preguntar por las ex de mis chicos. Evito porque tengo una tendencia natural a que me caigan bien, no sé bien porqué. No me veo capaz de poner a parir a una persona que ha tenido el mismo gusto que yo y siempre desconfío mucho de la gente que pone a parir a sus ex sin decir nada de bueno. Si tu ex era un idiota completo y tu no lo viste puede que tu también lo seas. A saber.
Pero por mucho que de largas estoy convencida que a los chicos les encanta husmear en nuestra vida pasada. Dicen que no, pero no es cierto. Tiene que saber qué clase de chicas somos, si unos zorrones que se tiran a lo que se menee o posibles candidatas a esposa ideal. Como últimamente tengo un rollo bastante escéptico en los asuntos del corazón, hice lo posible para dejárselo bien clarito : no, no soy una zorra, no, no me hicieron demasiado daño, sí, me he enamorado alguna vez pero ahora no me da la gana. Más que no darme la gana creo que me falta un poco la capacidad de hacerlo. No sólo me resulta complicado imaginarme enamorada otra vez, sino que incluso no soy capaz de entender como me he enamorado antes, como he dicho y escrito ciertas cosas. Parece algo tan lejano que es como si no hubiera existido.
Algunos pensarán que soy una persona triste pero no es así. Cuando quitas la ilusión y la certeza de que existe alguien especial para ti, con quien compartes cosas especiales como que por obra de magia, resulta que estás mucho más madura para tener una relación de verdad. Puede que el amor exista realmente y puede que las relaciones deberían durar siete años como propone aquella diputada alemana, y puede que todo salga bien y dure para siempre. Ser conocedor del éxito y del fracaso es el primer paso para no exigir demasiado a tu pareja, para que la quieras como parte de tu vida y no como tu vida misma. Aunque que todo eso suene un poco a Schopenhauer la verdad es que yo sigo creyendo en los afectos y en la poesía, la única diferencia es que soy consciente de que a veces saldrá bien y otras mal y no pienso culpar a nadie por ello: es parte del show.
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