El día es un mar de lágrimas. Espero entre ellas que llegue el momento de coger el avión rumbo a Tel Aviv donde mi hermana aguanta como puede. Se encuentra mal, muy mal y no hago más que preguntarme que pasará.
A estas horas ser atea es una tortura, una sensación de completa soledad. Sé que rezar no funciona, sólo la espera y la esperanza.
A estas horas ser atea es una tortura, una sensación de completa soledad. Sé que rezar no funciona, sólo la espera y la esperanza.
Estoy cerca de tí pese la distancia Carrapicho mío.
Estoy contigo como el día este en el sofá.
A tu lado
Y mirando hacia delante
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