28 julio 2008

Vuelta

De vuelta a Madrid. A una Madrid abandonada por todos, menos por el calor. Llegué cansada y catatónica, resultado de noches no dormidas y cierta añoranza de todo lo que dejé en Israel. No se puede estar en todas las partes de una vez. Una pena.
Volví sintiéndome culpada por no quedarme más, por no poder ayudar más. El sentimiento de culpa judío cristiano por poder dormir miles de horas mientras ellos siguen ahí liadísimos entre los niños y la recuperación de mi hermana. Por otra parte necesito algo de tiempo para descansar, despertar y volver al trabajo con algo de fuerza. Lo dicho: me apetece más saltar desde un puente que volver a la oficina así que me tomo unos días para hacerme a la idea y para disfrutar del silencio, de la soledad y de mi querida y calurosa ciudad.
Vuelvo pero parte de mí no ha venido conmigo. Como siempre en esa vida de afectos y distancias. Cada despedida o ruptura es un trocito nuestro que se deja hacia tras. Hay veces en las que podemos volver e ir a por esos trocitos nuestros esparcidos por el mundo grande, hay ocasiones sin embargo, en las que la pérdida es para siempre.
Y aquí me tiene Madrid : llena de añoranza de trocitos que ya no están pero cuidando con toda la fuerza de los que quedan.

1 comentario:

Unknown dijo...

oi...seja bienvenida!!!
to aqui, me lig quando vc quiser, ta bom?
to procurando casa, se souber de algo...
muitos muacs e fique bem
Lu