10 diciembre 2008

Comida y charla basura

En la vida tenemos conversaciones que si pudieramos evitarlas, lo haríamos sin dudar, sin embargo, al no ser posible en 99% de los casos no nos queda otra que aguantar el chaparrón.
Para levantar nuestra moral podemos hacer uso de la felicidad en pastillas como el Prozac, del sexo o hacer uso de las maravills de las grasas saturadas y trans made in McDonalds. Hoy después de hablar con mi jefe me entregué sin miedo a la comida basura al tener un poco complicado ir a por las dos primeras opciones. McPollo, patatas fritas, coca-cola y sundae de caramelo: que no falte de nada en este intento casi desesperado de olvidar una conversación de lo más deprimente. Deprimente en el sentido estricto de producir depresión gracias al elevado nivel de capullismo corporativo capaz de convertir una reconocida excelente performance em algo sin ninguna relación con beneficio económico.
No debería asustarme ni cabrearme pero como díria Faith No More en una de sus mejores canciones It shouldn't bother me, but it does!

Y a mi se me pasa pronto el enfado y no me queda otra. O cogerme ya un vuelo a Bratislava y decir al mundo que me voy de paseo. Las grasas cumplieron su finalidad y no estoy ya depre, solo cansada mientras busco palabras para expresar mi falta de certeza y rumbo. Habrá que ver el lado bueno, porque siempre, siempre lo hay. Aunque para verlo suponga tener que cambiar no solo de lado sino que de ciudad, puesto, país o sencillamente, de gafas.

1 comentario:

clarita dijo...

muito bom post, amei...ontem, tb aconteceu uma coisa parecida comigo, mas nao profissionalmente falando. Filha, mandei um pacote de peladillas, que vc deve saber, sao nada mais, nada menos que amêndoas cobertas com AÇUCAR durinho.

Mas e entao? Como assim, nao entendi nada...Cê vai embora? Quedamos esse finde, ou outro, antes de eu viajar ta?

Ah! E sobre as estrelas: nao doeu nadaaaaaa, se vc quiser vou contigo!

besos, guapa!