10 agosto 2011

Vista


Miro por la ventana en la mañana cálida y azul de Madrid y me sopreende no ver las montañas de Lorena - como si la imagem estuviese grabada en mis retinas y de repente desapareciera porque hace mucho que la mirada no la vislumbra. Es un placer y un dolor sentirse tan bien delante de una imagen que realmente está demasiado lejos como para rescatarla cada vez que la echo de menos. Imposible medir la distancia de algo que te acompaña a cada sitío, la añoranza de algo que realmente es parte de tí.

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