04 diciembre 2011

Calma

 

Ábrelo, ábrelo despacio.
Di, ¿qué ves?. Dime, ¿qué ves? .. ¿si hay algo? 
un manantial breve y fugaz entre las manos.
 (Vetusta Morla - Los días raros)

 ¿Sabes?, no me va mal pero debo reconocer que toda esta calma me asusta. Que todo el silencio me parezca la canción perfecta para que viva y duerma en paz me hace dudar sobre como he llegado hasta aquí. 
Salir por puertas reales y metafóricas es el ejercicio perfecto para abrir la  correcta y entrar sin miedo. Libre, libre, libre. De tantas cosas distintas y lejanas a la vez que no soy capaz de separar que parte de mí se alegra primero, ni el porqué.
Y si debo confesar que todavía me hago preguntas para entender cosas inexplicables, también debo  decir que no tener las  respuestas también resulta alentador : los porqués casi nunca importan en una vida llena de días largos y años confundidos por afectos sin sentido". Las cosas "son",  y si abrimos bien los ojos seremos capaces de separar, no sin dolor, las que es merecen sitio especial en nuestras memorias y retinas y las que   no serán más que un tema de un post en un blog lleno de entradas.



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