La frase es de ayer y vale, era un poco de coña. Pero fue la traducción exacta de estado de ánimo en el momento. Porque me desperté cansada. Cansada porque había dormido poco. Cansada de contestar preguntas, cansada de compañeras de piso raras, cansada de chicos que están enamorados de mí y más todavía de los no están. No estaba de mal humor. De hecho me estaba riendo de todo, de mi sueño y de las preguntas imbéciles. No estaba ni triste, sólo no quería estar allí.
Hay días que nos vendría bien poner todo en off y no existir durante un rato. Por el rollo ese del “pienso, luego existo”. Cuanta razón tenía Descartes: cuando pienso existimos yo y mis problemas, así a veces mejor evadir todo de alguna manera.
Pero días así no duran para siempre y sinceramente, si tiene solución porque te preocupas y si no tiene solución, porque te preocupas?
Yo sólo quería poder haber dormido más y haber aprovechado el hermoso día de ayer para otra cosa aparte de trabajar. Pero el día terminó muy bien, ya no me importaba existir y tengo una frase buenísima para la próxima vez que tenga un día raro.
26 septiembre 2006
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