Hacía viento por la mañana. Viento del este en la ciudad a las orillas del Danubio. Había sol y y yo tarareaba la canción esa tan bonita de White Lies. Y como la canción pedía suavemente a mí misma, just a second, darling, to clear my head. El sol siempre me hace sonreír, tener ideas, me da ganas de volar. Me gusta el verde alrededor de la ciudad y me gusta mirar el cielo, respirar el aire fresco y buscar alguna respuesta ante tanta pregunta suspensa en el aire. Necesito más tiempo, como en la misma canción de White Lies, necesito esperar, entre estrellas que vuelven a brillar y corazones perfectos que laten entre recuerdo y olvido sin saber cómo ni porqué.
Vuelvo a casa, hasta las palabras huyen de mis no certezas, del revuelo y de tanto color en ese cielo de Mayo. No sé qué autobús coger, ni hacia adonde me llevarán el vuelo, la canción que habla de muerte y mis ganas de calma y soledad.
No hay final, ni conclusión. La vida sigue y conocidas estrellas brillan. Puede que vuelvan a caer y que todos tengamos que huir. No quería decir nada realmente, sólo compartir con el infinito todo lo que no soy capaz de entender.
22 mayo 2008
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