04 agosto 2006

Finales

Yo no sé poner fin a las cosas. Es así. No me gusta decir adiós, no me gusta esa sensación de nunca más que a veces tengo ante ciertas personas o cosas que me gustan. Por eso tardo en hacerlo y a veces llego a ser tan cobarde que espero a que los otros lo hagan por mí. Lo que también duele pero que me ahorra ciertos disgustos.

Pero las cosas sí acaban. Unas tardan años, otras meses. Unas acaban bien y otras acaban mal. Lo difícil es aceptar el final como un hecho y como algo que a la larga puede ser bueno para tí.

Porque duele y a nadie que yo conozca le gusta el dolor.

Y si el dolor es inevitable pero el sufrimiento opcional, la vida sigue. Por primera vez prefiero sentir esa tristeza porque quiere decir que algo ha cambiado. Que sí estoy triste es porque se acabó algo que me gustaba y que era divertido. Que lo voy a echar de menos pero como los yogures, tenía su fecha de caducidad y ya la habíamos ultrapasado.

Mientras escribo estas líneas pienso como vá a ser cuando nada de eso esté. Ni la fantasía, ni los recuerdos, ni los 1000 emails. Ni el sentimiento que tengo dentro. Cuando te gusta alguien a veces todo lo que quieres es que llegue este momento. Y llegará. Y te preguntas como serás tu sin eso y sabes que ya no serás tu,ya no será él.... serán otras personas, otra ciudad, otros partidos de futbol.

No me gustan los finales. Pero me gusta vivir cosas que aunque acaben, hayan sido infinitas mientras duraron.

No hay comentarios: