07 julio 2006

Las primeras citas

En Brasil se dice que nos quedamos siempre con la primera impresión. Por otra parte, estudios afirman que en una entrevista de trabajo, el entrevistador no tarda más que cinco minutos en decidir si le gusta o no le gusta el candidato.

Cuando el asunto son las primeras citas sabiduría popular y ciencia están de acuerdo: hay que salir bien para que salga siempre.

¿Pero como se sabe si ha salido bien?

La evaluación es dura. Empieza por el lugar, por el look (casual siempre,no?) , si es cena o copa, Real Madrid x Barcelona, PP o Psoe. Y como si de un concurso pasapalabra se tratara, para cada cosa que dices/dice se atribuyen puntos (me gusta imaginar un contador al lado derecho) y incluso puede que suene alguna alarma cuando la respuesta no es correcta:

- Me gusta el futbol. (90 points!)
- Me gustan las morenas (100 points!!!)
- Mi ex- me ha dejado y he sufrido muchisimo (ohh, un intento de enseñar su lado sensible - 30 points!!!)
- Tengo ganas de enamorarme (querrá decir sexo, pero se valora el intento 20 points!!!)
- Me encanta Bisbal! (PEINGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!)

Alarma!

Al final de la noche, como en las elecciones, se hace el recuento de puntos y la suma os llevará a enviar un mensaje, llamar al día siguiente o sencillamente, a escribir un e-mail simpatico o en algun caso, a olvidarse del tema.

Las entrevistas y las primeras citas son situaciones de estress. Se pasa un poco mal pero al fin y al cabo siempre es bueno tenerlas para coger experiencia. Pues puede que algun día encuentres el trabajo perfecto o la persona perfecta (por lo menos en los primeros cinco minutos) y cuando eso pasa, se acaban los puntos, el look, la alarma y todo es como si estuvieras, tranquilamente, charlando en el salón de tu casa.

06 julio 2006

...

Quero oir la canción del adiós
blanca y sola como la luna misma
alta, como las horas que se han cansado de esperar
y no han visto que la ciudad tenía luz
mientras la noche pasaba


Canta la canción del adiós,
la que se tarda en aprender siempre que hay duda
como tus palabras que no podían ser
como el silencio
y estas ganas de no volver a casa

Cantamela y déjame partir
que sea tu voz la que me lleve de la mano
hasta estos años,
hasta los sueños,
donde realmente es lo mismo
si hace frío o calor.

05 julio 2006

Danke, Klinsi

(imagen publicada en el Stuttgarter Zeitung)

Alemania pierde en casa, Italia se vá a la final. Ese Mundial no podía tener un final más triste y la verdad que más esperada. No hubo buen futbol, ni un gran crack y muy pocos buenos partidos. Los alemanes lloran como lo hicieron los brasileños en 1950 después que el capitán Obdulio levantara el trofeo. ¿Se habrán paseado Grosso y Del Piero por las calles de Dortumund como lo hizo el uruguayo en su día? ¿Se habrán ido a tomar unas cervezas con los vencidos y se habrán lamentado por un instante haber marcado sus goles y haber hecho llorar a esa gente tan buena, como lo hizo Obdulio en su noche de gloria?

Claro que no. En el futbol y en la vida hay muy poco espacio para la poesía. Una final con Italia es la victoria del antijuego, la victoria de los que no la buscan sino que no hacen más que evitar la derrota. La vida imita el arte y el futbol imita la vida.

Es mucho más fácil vivir y jugar en la defensa.

Danke, Klinsi

03 julio 2006

No love, no glory

Y Brasil vuelve a casa. Sin amor, sin gloria, sin "jogo bonito". Después de un Mundial donde no hizo más que desfilar sus penas por los céspedes alemanes, los canarinhos fueron debidamente eliminados por una Francia, que sin jugar demasiado fue capaz de acabar con el sueño del hexacampeonato.

Y menos mal. Prefería que hubiera sido Portugal que eliminara a Brasil. Pero ganar así no tiene gracía. Si llegan a ser campeones jugando como han jugado la gente se olvidaría del futbol bochornoso presentado y justificaría el juego rácano para más que llegar a la victoria, evitar la derrota.