17 marzo 2012

La semana



Y así finalizó esa noche, la de ese año 1999 que llegó hasta abril, 
en un taxi que cogimos juntos y del que nos bajamos por separado.
(1999 - Love of Lesbian) 


Semana de dudas, hechos oscurecidos por recuerdos poco precisos, por el miedo, sobretodo, de recordar lo que no se puede vivir otra vez. Un "puede" amplio como unas  ganas incontrolables que varían según el viento. Semana de silencio después de la verborrea nerviosa y melancólica, semana de ausencia anunciada que trae paz y cierta añoranza. Si nada tiene sentido, ni las horas que pasan desecantadas por tanto afecto que no debe ser, más difícil es entender tantos kilómetros de hambre y satisfacción.
Y entre los días que son demasiados, llega la luz del Sábado y de sonrisas conocidas,  libres que tranquilizan a la vez que nos arrastran hacia caminos que no se sabe si queremos recorrer. El "no" es la respuesta más dulce a una pregunta que nadie hace pero lo necesitamos más que el aire seco y frío que nos rodea. El mismo aire que sopla y al romper la hora muda nos trae la distancia y  el sosiego de los días sin frio ni calor.





12 marzo 2012

Te debo un baile


Pero ahora que el mal ya está hecho lo bueno va a encontrar su oportunidad. Ahora tú no dejes que hable. Te debo un baile y no una explicación.

No sé lo que quiero realmente.. pero con toda seguridad, antes un baile que una explicación. El silencio no hace ruido desde lejos... sólo deja lugar a la certeza de que el cielo es más azul cuando miras directamente hacia él.

11 marzo 2012

En su debido lugar



Mientras las casas pasaban  me preguntaba qué hacer cuando las palabras no aparecían y todo era silencio. Entre árboles, montañas y otra vez casas llenas de prisa he pensado que lo mejor sería olvidarme de la inspiración ausente y recibir delicadamente la transpiración de la búsqueda.  Sencillamente aceptar que la mezcla de calor y frío, en partes iguales, genera lo templado que era mudo y tímido como el aire de la mañana de Domingo. Apartar la mirada ,  antes tan deseada y huir del tiempo, que horas antes era poco, pero que borraba con cada minuto la sensación de paz de los anteriores, era lo que se podía hacer. Y volver. La vuelta es siempre el camino donde el sueño y el descanso ponen todo en su debido lugar.