21 febrero 2008

El mejor R.E.M.

El mejor REM está de vuelta. Ese verano toca nuevo CD, toca gira europea y toca una vez más ver desde cerca a uno de los mayores poetas que lengua inglesa nos ha dado.

Me ha encantando el nuevo single. Una vuelta a los mejores tiempos de la banda, una delícia oír al Sr Stipe diciendo una vez más que nadie ha hecho caso a nuestros miedos...sean ellos cuales sean.

Disfrutad abajo de Supernatural Superserious.

20 febrero 2008

"La nueva"

Hoy llega mi bici. Llega mi bici! Después de un par de semanas eligiendo color y modelo me he decidido y me la traen hoy a la oficina.
Todavía no la he puesto un nombre, pero vendrá. Las bicis tienen que tener nombre, todas las mías los tuvieron. Me pregunto como he pasado tanto tiempo sin una bicicleta, cosas de la vida, Madrid no es que sea una ciudad bike friendly pero bueno, todo es cuestión de ponerse.
Haciendo un repaso histórico me doy cuenta de que pese a que las bicis siempre fueron una de mis pasiones al lado de los patines, las cometas y los balones, esa es la primera bicicleta nueva que tendré.
La primera en mi vida fue una azul pequeñita que heredé de mi hermana. Cosas de ser la menor. La puse el nombre de mini-moto y fuimos muy felices juntas. Con ella aprendí a andar sola sin las ruedas de apoyo cuando tenía 4 años y con ella Fernanda y yo experimentamos la alta velocidad por primera vez. Metíamos un trozo de botella de plástico en la rueda y pedaleábamos a toda pastilla (toda la que puedes tener cuando tienes 6 años) y gritábamos: MINIIIIIIIIIIIIIIIII-MOTO!
Cuando ya tenía unos 8 años mi querida tía se dio cuenta de que ya no cabía en Mini-Moto y decidió regalarme una bici – de segunda mano. Cuando eres pequeño está claro que lo quieres es una nueva pero a mi Silvester me gustó desde el primer momento: tenía un color marrón muy feo pero tenía una feature que ninguna otra bici de las nuevas tenía : freno en los pedales. Yo era feliz y Silvester fue mi compañera de muchísimos años hasta que finalmente crecí y empecé a coger la bicicleta de mi madre. No me acuerdo lo que fue de ella. Creo que mamá la intercambió con el jardinero por un par de limpiezas del jardín. No dudaría en decir que creo que Silvester puede estar en uso hasta el día de hoy haciendo las alegrías de otros niños.
Mis ambiciones con la “nueva” no incluyen, como en las bicis anteriores llegar al pueblo vecino o ir hasta Santa Lucrecia ( barrio a tomar por saco de Lorena donde había un río muy limpio), tienen más que ver con venirse a trabajar y a recorrer en anillo verde de Madrid los fines de semana. Tiene que ver con respirar el aire fresco de las mañanas y disfrutar de la ciudad cuando todo el mundo sigue durmiendo. Tiene que ver con disfrutar de las ruedas y pensar por algunos instantes que soy niña otra vez y que las bicis, como en ET, pueden volar de vez en cuando.

17 febrero 2008

La felicidad clandestina

Creaba los obstáculos más falsos para esa cosa clandestina que era la felicidad. Para mí la felicidad siempre habría de ser clandestina. Era como si yo lo presintiera. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... había en mí orgullo y pudor.



Yo era una reina delicada.

(Clarice Lispector)



Hoy he sonreído mientras leía el periódico y desayunaba mi sandwich de pechuga de pavo y queso y bebía mi cafe brasileño. Sonreí mientras patinaba y el aire frío hacía con que mis ojos se me llenasen de agua. Sonreí mientras cortaba pacientemente el tomate, el pepino y la hierbabuena para preparar el tabule: mi comida sirio libanesa preferida. Sonreí mientras veía un capitulo de la serie The Office y sonreí con gusto jugando un rato con mis gatitos y su nuevo juguete de plumas. También he sonreído mientras concluía que no me tocaba otra sino limpiar la casa y sonreí porque puse la radio y la Ser siempre me hace sonreír. Sonreí al ir al cine y ver a dos amigos y una peli que era musical y sonreí porque salí tarareando una de las canciones que me había gustado. Sonreí a la señora que bajaba las escaleras del metro despacito y sonreí porque finalmente ha empezado a llover y no es que me guste la lluvia pero hace falta a todos nosotros.



Y me acordé al final de ese día de sonrisas de Clarice y de la felicidad clandestina. Pensé que yo también la estuve evitando y que igual todos lo hacemos de vez en cuando. Y de repente me di cuenta de que la felicidad de ahora también es clandestina, se me hace rara, la evito para buscarla luego, la miro desde lejos para comprobar que todavía está allí. La sonrisa constante, la energia que sale por los poros, las pocas ganas de dormir y los kilometros que quiero hacer sobre ruedas.



Cada instante disfrutando de la felicidad o de ese placer silencioso de sentirse a gusto todo el rato.