03 enero 2008

De paso

De Santos a Sao Paulo después de días de muchísimo calor y cariño. Mañana llega la Morsa y el sábado nos vamos a Picinguaba, una playa dentro de una reserva ecológica donde nos esperan aguas claras, mucho verde, Duduxo y su chica, calor y cervecita fría.

Que mejor lugar para celebrar un cumpleaños?

31 diciembre 2007

Receta de año nuevo - Carlos Drummond de Andrade - siempre!

Para recibir un bellísimo Año Nuevo, color de arco iris, o del color de su paz,
un Año Nuevo sin comparacióncon todo el tiempo ya vivido
(mal vivido o tal vez sin sentido)
para ganar un año, no sólo pintado de nuevo,
remendado a las carreras,
y sí nuevo en las semillitas del llegar a ser,
nuevo hasta en el corazón de las cosas menos percibidas(empezando por su interior )
nuevo espontáneo, que de tan perfecto ni se nota,
pero con él se come, se pasea, se ama,se comprende, se trabaja,
no es necesario beber champaña o cualquier otra bebida,
no es necesario mandar ni recibir mensajes(¿planta recibe mensajes,pasa telegramas?).
No es necesario hacer lista de buenas intencionespara archivarla en un cajón.
No es necesario llorar arrepentidopor los desatinos consumados,
ni ingenuamente creer que,por decreto de la esperanzaa partir de enero las cosas cambien y todo sea claridad,recompensa, justicia entre los hombres y las naciones,
libertad con perfume y sabor de pan matinal,
derechos respetados, empezandopor el derecho augusto de vivir.

Para recibir un año-nuevoque merezca este nombre,usted, amigo mío,
ha de merecerlo,
tiene que hacerlo de nuevo,
y sé que no es fácil, pero inténtelo,
pruebe, consciente.
Es dentro suyo que el Año Nuevo
dormita y espera desde siempre.

Infinito mientras dure

Escribir desde casa. Desde donde pasaste la infancia bajo el cielo fuerte de enero y la arena caliente de la playa. Mirar ojos conocidos y saltar las olas de la suerte que te traen un año nuevo como muchos otros que has tenido. Cuando vuelves a casa, vuelves a casa y no hay tiempo ni segundo alguno de extrañamiento: todo te es familiar como el pueblo donde naciste. Hay momentos en los que te entran ganas de llorar cuando piensas que esa puede ser la ultima vez...pero hay que disfrutar y no pensar que el tiempo siempre se llevará todo con su paso.

Me gusta el olor de la ciudad: Santos huele a mar, a churros con dulce de leche y a té frio con lima y al verde de las montañas. Huele a días felices y a nochevieja, que no sea la ultima, que dure para siempre. Es un pedido silencioso que grito bajito a Iemanjá la diosa del mar a quien todos hoy tiraremos flores. Me encanta estar aqui y soy feliz. Que sea infinito mientras dure.