13 octubre 2007

Desde el aeropuerto de Budapest... con la voz de Al Gore sonando bajito en mis oídos y mirando las horas lentas a través de una ventana donde ya no hay luz.

Echo de menos a mis gatitos...es lo único en lo que puedo pensar...


y en el calentamiento global....

11 octubre 2007

Regalando alegría




"Juro que hay en esta cara mia tan seria una alegría hasta mismo divina para regalar"

(Clarice Lispector)



Yo sólo quiero estar tranquila. Y también que llegue mañana de una vez para que me vaya de vacaciones a ver el sol y a mi sobrino tan guapo. Desde que empecé en este nuevo trabajo, más o menos una semana, estoy que no puedo con mi vida. Me llama gente de países raros y sobretodo alemanes (lo que antes era casi una fantasía erótica se ha convertido en una pesadilla) ¡que pesados por Dios!
Supongo que la culpa la tendré yo por haber aceptado ese trabajo, ¿pero realmente tenía alternativa? Cuando trabajas en una empresa multinacional low cost es lo que te toca: puestos con nombres bonitos, poca retribución dineraria y mucho por saqueo.
Yo lo tomo con filosofía. Ando tan entretenida con otros asuntos que duermo como un bebé por el cansancio físico y por esa paz emocional. Se lo dije ayer a una amiga, que me encantaba estar así. Que estaba super contenta y de tan contenta no pensaba que estaba contenta. Pero el estar contenta no tiene que ver con nada, tiene que ver con el aire, con mis ganas, con cambiar el destino por la posibilidad, como Clarece Lispector. Y hay una llamada que se hace, la tienda, los dulces que llevas de recuerdo, la ilusión de poder ser todo y ser plena, siempre y tanto.

08 octubre 2007

Pasado y presente


Una de las primeras cosas que hace la gente al empezar una relación, es hablar de las relaciones antiguas. Sí. Lo hacemos casi todos no se sabe bien si por el morbo de saber más de una vida ajena o si es una maniobra bastante clara para conocer a una persona a través de los batacazos en su vida amorosa. Si. Batacazos. Claro está es que si una persona se encuentra sola alrededor de los 30 años, o incluso antes, habrá tenido historias buenas y malas pero desde luego historias que se han acabado. Y todos sabemos que los finales tienen mucho menos glamour que los comienzos.
Yo de mi parte evito preguntar por las ex de mis chicos. Evito porque tengo una tendencia natural a que me caigan bien, no sé bien porqué. No me veo capaz de poner a parir a una persona que ha tenido el mismo gusto que yo y siempre desconfío mucho de la gente que pone a parir a sus ex sin decir nada de bueno. Si tu ex era un idiota completo y tu no lo viste puede que tu también lo seas. A saber.
Pero por mucho que de largas estoy convencida que a los chicos les encanta husmear en nuestra vida pasada. Dicen que no, pero no es cierto. Tiene que saber qué clase de chicas somos, si unos zorrones que se tiran a lo que se menee o posibles candidatas a esposa ideal. Como últimamente tengo un rollo bastante escéptico en los asuntos del corazón, hice lo posible para dejárselo bien clarito : no, no soy una zorra, no, no me hicieron demasiado daño, sí, me he enamorado alguna vez pero ahora no me da la gana. Más que no darme la gana creo que me falta un poco la capacidad de hacerlo. No sólo me resulta complicado imaginarme enamorada otra vez, sino que incluso no soy capaz de entender como me he enamorado antes, como he dicho y escrito ciertas cosas. Parece algo tan lejano que es como si no hubiera existido.
Algunos pensarán que soy una persona triste pero no es así. Cuando quitas la ilusión y la certeza de que existe alguien especial para ti, con quien compartes cosas especiales como que por obra de magia, resulta que estás mucho más madura para tener una relación de verdad. Puede que el amor exista realmente y puede que las relaciones deberían durar siete años como propone aquella diputada alemana, y puede que todo salga bien y dure para siempre. Ser conocedor del éxito y del fracaso es el primer paso para no exigir demasiado a tu pareja, para que la quieras como parte de tu vida y no como tu vida misma. Aunque que todo eso suene un poco a Schopenhauer la verdad es que yo sigo creyendo en los afectos y en la poesía, la única diferencia es que soy consciente de que a veces saldrá bien y otras mal y no pienso culpar a nadie por ello: es parte del show.