30 mayo 2008


you want to go forever
you see it in my eyes.
I'm lost in the confusion
and it doesn't seem to matter
you really can't believe it
and you hope it's getting better


En la vida a veces te sientes perdido.. . yo me siento perdida. Y no tiene sólo que ver con que no sepa hacía adonde voy sino que tampoco sé donde estoy ahora mismo. Tengo la sensación de estar en medio del mar sin GPS, en un barco a vela pero sin viento, confundida entre olas e islas, anestesiada, sin frío, sin calor.
Y mira que antes era fácil, era fácil entender el porqué de todo. La alegría, la tristeza e incluso las dudas tenían nombres y apellidos, tenían su impacto exacto calculado en cada gota de mi estado de ánimo – como una huella que me dejaban en la piel, en el corazón. Ahora no. No sé a qué atribuir nada – mi risa tonta al teléfono, ni ese estado letárgico en el que me encuentro, ni lo que me hace dormir por las noches o levantarme rápido por las mañanas. Unos dicen que puede ser el clima. El cielo gris de ese Mayo otoñal, la lluvia, o los días que caminan lentos hasta que me vaya de vacaciones. Me cuesta incluso encontrar las palabras para describir todo lo que no siento. Veo al verano perezoso y sin ganas de calentar esas calles llenas de hojas por los suelos y de iluminar todas nuestras almas sin dueño. Toca esperar, respirar con fuerza y dejar que los ciclos se cumplan, que el tiempo pase.

Siempre así, el tiempo, el viento y el deseo de seguir adelante.

29 mayo 2008

Stand by me


Ahí están juntitos, contradiciendo cualquier ley de la lógica y de la naturaleza. Porque uno nunca sabe quien será su compañero en este viaje, nadie sabe la receta del éxito ni que caminos nos llevan al fracaso. Pero ahí los tenemos: despreocupados y felices , viviendo el momento con ternura, indiferentes ante las evidentes diferencias.


Recibí hoy un correo con esas fotos y es una tontería pero me ha hecho sonreír. Una sonrisa así que vino desde adentro, como si de repente el mundo fuera un lugar cojonudo y nada pudiera ser malo. Y pasé el día entre call y call y cuando alguien decía algo idiota yo abría el correo y sonreía otra vez. Ha sido como una vacuna ante las adversidades, por decirlo de alguna manera, que se presentaron a lo largo del día.

Por eso antes de irme quería compartir con el mundo esas fotos que me hicieron hoy tener un día más dulce donde todo parecía más sencillo. Creo que hay que buscar a diario algo que nos haga sentir así, verdad?














27 mayo 2008

¿Y ahora?


"¿Y ahora, José?
La fiesta acabó, la luz se apagó,
la gente se fue, la noche enfrió,
¿y ahora, José?

¿y ahora, tú?
tú que eres sin nombre, que te burlas de otros,
tú que escribes versos, que amas, protestas,
¿y ahora, José?

Estás sin mujer, estás sin discurso,
estás sin cariño, no puedes beber,
no puedes fumar, escupir no puedes, la noche enfrió,
el día no vino, no vino el tranvía,
la risa no vino , ni vino la utopía,
y todo acabó y todo escapó, todo enmoheció,

¿y ahora, José? ¿Y ahora, José?

Tal vez si gritases, tal vez si gimieses, tal vez si tocases algún vals vienés,
tal vez si durmieses o si te cansases o si te murieses...

Pero no te mueres, Aguantas, José!

Solo allá en lo oscuro como bestia agreste, ya sin teogonía,
sin pared desnuda para recostarte, sin caballo negro que huya al galope,
caminas, José!
José, ¿para dónde?

(Jose - Carlos Drummond de Andrade)


Estamos todos en esa vida un poco como José. Un poco en una búsqueda constante de la felicidad sin saber exactamente de qué se trata. Buscamos, encontramos, perdemos, volvemos a buscar. Y es todo un desafío disfrutar en el intento. La vida nos dice que tenemos que aguantar y puede que en algun momento como José tengamos que decidir hacía donde queremos ir. No es fácil y aunque el viento sople hacia el este, el mundo es grande y queda mucho por recorrer. Irme, quedarme, dejar que el día se acabe tranquilamente y que los días pasen y que todo sea como hace un rato. El tiempo nos hará soñar y todos haremos sonreír a otras estrellas.

26 mayo 2008

Un chico muy majo




Quería haber escrito algo sobre la despedida de Gustavo Kuerten ayer en Roland Garros...algo sobre su sonrisa, sus lágrimas, su gran talento con la raqueta....pero esta mañana leyendo El Pais me di cuenta que la crónica más bonita ya estaba hecha y abajo la tenéis.

Te echaré de menos Guga!


El adiós de Guga

El brasileño Gustavo Kuerten ha puesto el punto y final a su carrera en la pista central de Roland Garros, la misma que le encumbró como uno de los mejores tenistas del mundo, arropado por un público que le considera como uno de los suyos y a quien regaló gotas de su genio. No pudo con el francés Paul-Henri Mathieu, cinco años más joven que él, que tuvo bastante con apoyarse en su físico para vencer en tres sets, 6-3, 6-4, 6-2. Lo de menos era el resultado, porque Guga, invitado por los organizadores, pudo pone un broche de oro a su carrera en la Philippe Chatrier, reencontrar al público que le adora y decir adiós desde el altar de su gloria.
"Estoy contento de haber ganado aquí tres veces, pero el amor de todos vosotros es más importante que todo eso", ha afirmado en un epílogo a un partido, a una carrera y a una historia de amor. No importaba tampoco que la prensa francesa amaneciera con críticas al brasileño, al que reprochaban haber ocupado el puesto de un joven en el reparto de invitaciones para engrandecer su ego. El público le perdonó todo eso y tiró de su memoria, del recuerdo de un hombre que enamoró en la pista y se metió en el bolsillo a la afición que admiraba boquiabierta su genio.
El ganador de 1997, 2000 y 2001 se divirtió, y su sonrisa, amplia y cristalina, regresó al lugar en el que fue más grande. El público estaba dividido entre el mito y la patria, entre la gloria de Guga, el hombre que conquistó sus corazones, y un compatriota, Mathieu, al que ambicionan ver pelear por el torneo 25 años después de que Yannick Noah les diera su última alegría. Más allá de nacionalismos, cada golpe de genio del brasileño arrancó una ovación de la grada tan cerrada como la admiración que guardan por Guga.
Lástima que le falló el ritmo, porque conserva todo su tenis, golpes de genio que emocionaron y refrescaron la memoria de un público que no ha olvidado a uno de sus ídolos más recientes. Acabó el partido con fiesta, con la ola en la grada, con Kuerten haciendo gestos al público, bromeado con Mathieu y mostrando que la grandeza no está sólo en la victoria, sino en el corazón.

El País - 26/05/08

25 mayo 2008

Felicidad y Moras




Ya veis… lo poco que se necesita para hacerme feliz. O lo poco que tienen que tener ciertos momentos para llenar mi día de color. A veces creo que ya no nos fijamos en las pequeñas cosas y cada vez más voy teniendo claro que en ellas reside nuestra felicidad. En intentar hacer pequeñas cosas que nos hagan felices y que hagan felices a los que estén cerca, cerca de nuestros sentimientos – porque estar lejos tiene poco que ver con la distancia.
Volvía ayer de la clase de natación con el pelo mojado, escuchando la canción de White Lies (estoy adicta) y las piernas cansadas. Iba medio arrastrándome cuando sin tener porqué paré de andar y miré hacía arriba y allí estaba: un árbol de moras.
Abrí los ojos como platos. Y sé que he sonreído por dentro y por fuera. Un árbol de moras lleno de moras perdido en medio de la ciudad. Me acordé de Lorena, de los árboles de fruta de mi infancia, sentí otra vez como si todavía tuviera 10 años y hubiera encontrado una mina de oro. Ya no puedo llamar a mis amiguitos para que intenten conmigo trepar en el árbol, pero pude ver perfectamente que si todavía tuviera 10 años habría saliendo corriendo a llamar los niños de mi calle para enseñarles, llena de orgullo, mi hallazgo.
Mirando al árbol me dio algo de pena de no tener a nadie a quien llamar que pudiera entender lo que significa para mí. Me dio pena ya no estar en Lorena y no conocer a nadie que me ayudara a trepar en él y que sonriera conmigo en la misma sintonía cuando nos comiéramos juntos las primeras moras. A lo mejor en estos momentos soy capaz de entender lo que decía Clarice Lispector de que los adultos somos siempre solitarios.
El otro día le contaba a un amigo eso que me dijeron que llevamos siempre nuestro pueblo dentro de nosotros y la verdad es que es así. Llevo Lorena conmigo, Lorena y todos los árboles a los que trepé. La añoranza no siempre es mala porque es capaz de hacerte sentir cosas que ya creías olvidadas.
No me he subido en el árbol al final. Era demasiado alto y mi consciencia adulta me impidió parar a un desconocido en la calle que me ayudara a trepar. Pero eso sí, estuve un rato largo tirando mis chanclas hacia arriba para que cayera alguna mora. Han caídos unas cuantas y estaban muy buenas. Me he manchado la camiseta y tenía los dedos morados que con gusto me los fui chupando por el camino.
Y así pasé el día : en los labios una sonrisa larga y en la boca, un sabor intenso, difícil de cuantificar, de felicidad y moras.