Yo quería tener tiempo para sentarme 
tranquilamente y escribir pero los últimos días no paré un solo minuto. 
Me siento como si estuviera ausente de mi misma y presente en todas las 
partes mientras hago miles de cosas a la vez. Me siento corriendo detrás
 de un tren que no sé bien hacia donde va pero ahí voy yo metida y 
parece que sé lo que estoy haciendo. Llevo dentro una cierta sensación 
de satisfacción del deber bien hecho aunque no sepa bien qué clase de 
deberes estaré haciendo bien.
A lo mejor el de vivir y el de dejar de
 preocuparme. A lo mejor el de evitar movidas y dolores, el de 
esconderme. Todo se me escapa, se me escurre entre los dedos mientras yo
 hago pose de que lo controlo y la gente mira admirada. Tanta gente 
buscándome, llamándome. La sensación esa de que se me necesita me agobia
 y me confunde, y a veces yo no sé bien en cual esquina debo doblar y 
sigo en línea recta.
Y es imposible saber si es la dirección exacta, 
si el camino podría ser más fácil, si las flores podrían tener otro 
color pero a lo mejor de eso se trata.
Y también de disfrutar en el intento…
20 mayo 2012
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