24 mayo 2008

El Festival de Eurovisión


Ha llegado el gran día! Hoy se celebra en Europa el Festival de Eurovisión. Gracias al Facebook y al poco aprecio que tiene la gente por su privacidad, pude ver como muchos de mis contactos organizaban quedadas para ver juntitos el gran evento.
No deja de ser curioso como países tan desarrollados puedan producir música de tan mala calidad y encima atreverse a enseñarla en público. Es como un freak show, gana el peor y con menos sentido del ridículo. Si lo ves desde esa perspectiva, está bien, te ries, bebes, bebes y puede que al final de la noche el saldo sea positivo. Ahora, que pasa cuando la gente se lo toma en serio?
Porque hay quien lo hace. Y son unos cuantos. En España mismo la elección del Chikilicuatre como representante nacional ha generado más polémica que la lista de Aragonés para la Eurocopa. Puede tener su lógica si consideramos que Eurovisión es como una Eurocopa en la que España realmente tiene alguna posibilidade de ganar.
Yo no estoy a favor ni en contra del Chiki Chiki – lo que me intriga es no ser capaz de decidir si un pueblo que elige semejante criatura como representante tiene un excelente sentido del humor o un tosquísimo gusto musical.
Es música basura – la ponen un 99% de las radios y de las teles en el mundo. A la gente le gustan los freakies y los animales y es sólo natural que Eurovisión elija el camino más efectivo para mantener la audiencia. En un primer momento pensé que sólo había freakies como el Chikilicuatre, ¡pero que tonta soy! Una amiga ya me ha informado que gracias a irlandeses veremos a un pollo en el escenario (¿cantando?), con lo que Eurovisón puede enorgullecerse de haber llegado a lo más degradante disponible en la cartilla de la basura televisiva y musical.
¿Que pasa si gana el Chiki Chiki? Se convertirá en la canción del verano y veremos una vez más el mal gusto musical que pueden tener los europeos cuando se ponen acuerdo. No exagero y si soy sincera, no me extraña. No hace falta más que acordarse del maldito Asejeré - los mismo europeos convirtieron esa canción en un himno – desde aquel entonces que yo tengo claro que el cielo, o mejor, el infierno, es el límite.

PERREA Y PERREA!


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22 mayo 2008

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Hacía viento por la mañana. Viento del este en la ciudad a las orillas del Danubio. Había sol y y yo tarareaba la canción esa tan bonita de White Lies. Y como la canción pedía suavemente a mí misma, just a second, darling, to clear my head. El sol siempre me hace sonreír, tener ideas, me da ganas de volar. Me gusta el verde alrededor de la ciudad y me gusta mirar el cielo, respirar el aire fresco y buscar alguna respuesta ante tanta pregunta suspensa en el aire. Necesito más tiempo, como en la misma canción de White Lies, necesito esperar, entre estrellas que vuelven a brillar y corazones perfectos que laten entre recuerdo y olvido sin saber cómo ni porqué.
Vuelvo a casa, hasta las palabras huyen de mis no certezas, del revuelo y de tanto color en ese cielo de Mayo. No sé qué autobús coger, ni hacia adonde me llevarán el vuelo, la canción que habla de muerte y mis ganas de calma y soledad.
No hay final, ni conclusión. La vida sigue y conocidas estrellas brillan. Puede que vuelvan a caer y que todos tengamos que huir. No quería decir nada realmente, sólo compartir con el infinito todo lo que no soy capaz de entender.

18 mayo 2008

Letargo


Todo lo que duerme es niño de nuevo
Toda vida es un sueño.
Nadie sabe lo que hace, nadie sabe lo que quiere, nadie sabe lo que sabe.
Dormimos la vida, eternos niños del Destino
(Fernando Pessoa)


El día de ayer podría perfectamente entrar para el libro de los records como el más largo de la historia. Bueno, de la de mi vida por lo menos. Que digan lo que quieran pero dudo que haya tenido sólo 24 horas. A lo mejor es que cuando no duermes ves el mundo en camera lenta y esa fue mi sensación todo el rato. Vagué sin rumbo esperando que las horas pasaran, de plaza en plaza, en alguna tienda, viendo mi nueva temporada de Seinfeld y observando como el día cambiaba de soleado a gris en cuestión de segundos para que luego volviera el sol y la ciudad estuviera más bonita.
Cansada como estaba e incapaz de dormir, que tortura… Llegué a Viena con tal aspecto y pelos, que el conductor que llevaba la plaquita con mi nombre en las manos seguramente dudó – lo pude ver en su cara – que yo era realmente la “ejecutiva” que tenía que llevarse en su Mercedes hasta Bratislava.
No dormí tampoco en el coche pero ya me encontraba bastante mejor y pude disfrutar de los sesenta verdes kilómetros que separan Viena de Bratislava. Sobre las 21h30 ya estaba duchada y en la cama y sintiéndome una criatura algo más cercana al ser humano pese toda la intensidad del día y la falta de sueño. Sin embargo mi estado de letargo era bastante superior a lo que yo imaginaba ya que sólo hoy me di cuenta hoy que se me olvidó por completo el cumpleaños de mi sobrino – cosa bastante absurda si se tiene en cuenta que un 70% de mis passwords tienen que ver con ese día.
Me quedé dormida rápidamente y el día de hoy empezó con una ciudad con sol, un paseo largo por las orillas del Danubio, un rato en la piscina climatizada, un baño en el jacuzzi del hotel y claro, una llamada a mi hermana que aunque sin conocer pormenor alguno de todo lo que me llevó a olvidar tan importante fecha, supo ser bastante comprehensiva.
Tengo una semana llena por delante y una cama de hotel espectacular para descansar por las noches. Intentaré hacer de esa semana un laboratorio que me ayude a entender como podría ser una vida aquí. Miro por la ventana y veo montañas pequeñas y verdes. Veo los grados que marca el termómetro y veo la gente que camina despacio y sin prisas. Miro por la ventana, me gusta y me siento bien. El aire es fresco y la vida, a veces es larga. Hace viento y sopla fuerte sin saber que dirección tomar. No importa, pienso yo, nadie lo sabe.
Lo que cuenta...es disfrutar en el intento.