24 junio 2008

En comienzo del fin

He estado pensando en qué hacer con ese blog. Dentro de poco cumplirá dos años y medio – mucho más tiempo de lo que me había imagino cuando empecé – y me pregunto, ¿hasta cuando?
No es que no me apetezca escribir, me gusta, me apasiona y nunca me da pereza. Pero a veces me pregunto si no sería mejor escribir en portugués para expresarme mejor, cambiar de público y claro, dejar de maltratar al castellano.
Mientras meditaba sobre eso me puse a mirar el historial de mi blog. Cuanta cosa ha pasado! Cuantos viajes, cuantas alegrías, tristezas, relaciones que nacieron y se murieron, amores que no funcionaran, conciertos, risa – todo aquí contado de manera abierta – a veces creo que me enseñé demasiado y me gustaría tener un blog 100% anónimo para que nadie sepa realmente lo que me pasa por la cabeza, o mejor, para que sepan que pasa por la cabeza, pero que no se sepa de quién es esa cabeza medio enfermiza :-).
Todavía no me he decidido. Me falta valor para cerrar esa etapa. Y tampoco fue buena idea ver posts antiguos porque encontré algunos que realmente me gustan y que me daría mucha pena abandonarlos en el ciberespacio.
Vendrá. O no. Tardará o no. Mientras tanto os dejo con uno de los posts que me gustaron, que pese a los errores gramaticales me gustaron mucho escribir.

Quero oír la canción del adiós
blanca y sola como la luna misma
alta, como las horas que se han cansado de esperar
y no han visto que la ciudad tenía luz
mientras la noche pasaba


Canta la canción del adiós,
la que se tarda en aprender siempre que hay duda
como tus palabras que no podían ser
como el silencio
y estas ganas de no volver a casa

Cántamela y déjame partir
que sea tu voz la que me lleve de la mano
hasta estos años,
hasta los sueños,
donde realmente es lo mismo
si hace frío o calor.