29 noviembre 2007

Muerte

He´s gone darling
Pack his things and take them with you
No one will ever look at you the same way
it´s raining outside and you can´t cry

We are nothing but kids trying to survive
Pack your memories and take them with you

The pain will last, but so will love
And he will stare at you from the highest clouds




La muerte llega en Sms y luego es sólo una noticia que se comenta por los pasillos con moqueta. Todos nos vamos a morir pero la muerte, anunciada o por sorpresa siempre choca, siempre nos hace pensar en el dolor que provoca o en el significado que tiene – si es que tiene alguno.
Lo siento por él y poco más puedo decir. Siempre he pensado que sólo nos hacemos mayores cuando nuestros mayores se mueren. Sólo nos convertimos en adultos cuando las personas que siempre nos han visto como niños se marchan de aquí. Por eso me supone siempre una tristeza infinita la muerta de mi abuelita Nicia o la idea de que mi otra abuela o mi tía puedan irse de repente: para ellas todavía soy su niña y mientras quede una sola mirada en este mundo que se acuerde de cómo yo gateaba o se sea capaz de repetir mis primeras palabras, todavía me quedará tiempo para ser niña y para que me cuiden de vez en cuando.
Lo siento por él y me ha sorprendido su llamada llorando. Supongo que él tampoco quiere crecer, tampoco quería perder la mirada de su padre como la fue perdiendo poco a poco en los últimos meses. Pero la vida es así. La muerte carece de significado como la propia vida. Le dije que es inútil entender lo que es justo o no la hora de morirse: el dolor y el sufrimiento son nuestros y son del mundo entero. No estamos aquí con ninguna misión en concreto y ni iremos a otro sitio mejor cuando esto se acabe. No tenemos a qué atarnos sino que a los nuestros y a nuestros sueños. El dolor no dura más que los buenos recuerdos que tengamos. Se ha ido querido mío, quédate aquí y deja que el dolor se pierda como lágrimas en la lluvia. Todavía te queda mucho para seguir siendo niño y si tu crees en el cielo, piensa que desde allí, alguien siempre te mirará con la ternura única que te puede mirar el que un día te ha visto gatear o decir tus primeras palabras.

27 noviembre 2007

Norte y Sur del Ecuardor

Ya lo dijo George Constanza: cuando ellas me gustan, yo no les gusto, cuando yo les gusto, ellas no me gustan. Gran parte de los problemas de la humanidad se podría resumir así. No hay nada más atractivo que el rechazo, esa clase de rechazo hecha a medida, como un quiero pero no puedo, puedo pero no quiero y además despacito y travestido de buen rollo, como quien no quiere la cosa. “Este tío no me quiere, y eso es algo que impone respeto” – lo dijo Elaine Benes, mi alter ego y personaje también de Seinfeld – y eso es la más pura verdad.
¿Porqué parece ser más atractiva una persona que pasa de ti? ¿O porqué parece ser que sólo pasan de ti los que realmente te gustan? Somos todos masoquistas?
Está claro que esa una generalización. Si realmente así fuera, no habría parejas en ese mundo y aquí las tenemos. La cosa está en que lo que realmente es difícil es que los afectos coincidan. Y punto.
Yo tenía claro que mi comportamiento generaría cierta confusión por tener hoy por hoy mucho de pragmático. Si todo está dicho, a disfrutar y por favor, que nadie venga a pedirme explicaciones más tarde. Pero, anda que la vida no es perra, y el ser menos probable de querer explicaciones es precisamente el que días después dice las quiere, que quiere más y que bonito es el amor.
Una aprende con la vida y lejos de liarme con explicaciones sin sentido, me centré en el rollo – eso es lo que hay, podemos ser amigos. La amistad siempre llega como un premio de consolación que consuela poco, pero la oferta es sincera. Lo que sí me queda claro es que a ciertas edades la diversión por diversión es un objetivo bastante complicado de alcanzar si estás al norte del Ecuador.

Pero ojo que queda poco para volver a zonas tropicales!!!!!!!!