04 diciembre 2008

Buuuuuuuuuf



Hoy me ha tocado trabajar desde Tres Cantos, en otra de las sedes de esa bonita multinacional para la cual trabajo. ¿Quién ha tenido idea tan brillante? Mi jefe, obviamente, quien me dijo alegremente ¡Vete! Sin concretarme hacer el qué.
Cogí un taxi a las 7h30 porque ya me imaginaba que habría atasco. Normalmente la trinidad: niebla, lluvia y hora punta es lo suele provocar, pero los compañeros de allí parecían desconocer dicha ecuación y llegaron bastante tarde.
Lo que no habría sido un problema si no se tratara de una educación virtual y para toda Europa. ¿Resultado? Rusos, eslovacos, turcos e incluso portugueses (que por la hora tendrían una buena excusa para llegar tarde) esperando a que llegaran la peña madrileña.
Dada las circunstancias no que me quedó otra que pedir humildemente perdón por el retraso ajeno a lo que el bratislavo que impartía la educación contestó prontamente: no pasa nada, sabemos que los españoles “son así”. La doble ciudadanía obviamente podría evitar que me ofendiera pero me ofendí igual. Que me lo diga un alemán de acuerdo, ¿pero uno de Bratislava?
Lo curioso fue que al no saber exactamente que hacía yo allí, la gente asumió que era algo importante. Como si yo fuera una clase de espía destinada allí a ver qué estaban haciendo mal. Hace tiempo que en mi trabajo soy una clase de Chandler que nadie sabe exactamente lo hace, pero como mi puesto lleva el “europa” en medio, la gente, por razones totalmente desconocidas, asume que es algo realmente relevante. Yo no les miento pero al parecer solo consigo hacer con que piensen que soy una chica modesta.
La mejor cosa fue que los españoles de la formación no hablaban inglés y claro está que el resto de Europa no hablaba español, con que se habló ingles todo el rato y los españoles se dedicaron mayormente a discutir mientras el resto de este interminable continente hacia preguntas y participaba activamente.
Su mal comportamiento hizo con que nos pasáramos la tarde entera explicándoles lo que no habían entendido por la mañana y claro está que a las 17h30 aunque no hubieran aprendido lo que tenían que aprender, se fueron todos a sus casas. Yo, sin embargo, pasé largos 15 minutos en el móvil jurándole a mi jefe que todo había ido de puta madre.
Volví a casa en tren con la esperanza de llegar a tiempo a natación. No pudo ser. Llegué a casa tarde, hice un par de llamadas y unas judías pintas. Me cabreé al leer la noticia sobre la negativa del Vaticano en despenalizar la homosexualidad. Contesté e-mails y me puse en el ordenador a escribir ese post.
Y como diría Carlos Drummond, ¡qué vida más tonta, Dios mío!

03 diciembre 2008

Flores y ausencias



Dejo que los días pasen sin fijarme en nada más que no sea el ahora mismo.Por eso la ausencia,
el silencio, las palabras no dichas.Llevo un mezcla de alegría y tristeza contenidas lo que
imposibilita describir con exactitud mi estado de ánimo. Estoy, que no es poco pero no sabría decir si estoy eligiendo bien o mal, si me arriesgo demasiado o evito el peligro a toda costa.
Espero que el año acabe y trato de no correr demasiado. Añoro y callo. Miro hacia el recuerdo sin decir nada como si mi morriña fuera un secreto que no puedo desvelar. Sonrío a la vez, sin razón aparente, por un mensaje que llega a través del Facebook o una declaración
de intenciones suspensa en el aire como una promesa que no se sabe cuando se llegará a cumplir
A lo mejor todo sea una cuestión de tiempo. Que llegue el nuevo Enero y que la tranquilidad de un año entero por delante sea capaz de hacernos ver que nada es para ahora. Que se puede esperar, planificar sentarse a tomar una copa mientras se decide cual camino se quiere recorrer.
Lo unico que se sabe es que habrán muchas muchas flores - sea cual sea la dirección que tomemos.