Hay noches, así como días, en los cuales sabes de sobra que debes quedarte en casa. Cuando tengo este tipo de premonición, no salgo ni que haya un strip tease de Colin Firth en algun bar. Pero bueno, una fiesta de disfraces tampoco parecía tan mal plan y siempre me han parecido divertidas. Yo no tengo nada de imaginación para los disfraces, soy bastante obvia pero me encanta ver lo que se le ocurre a la gente.Y ayer, pese a mi premonición y la previsión del tiempo nos fuimos a dicha fiesta...
Hubo un tiempo en que las fiestas del trabajo eran de los más divertidas. O por lo menos, parecían un plan interesante.. pero no sé si es porque estoy harta del trabajo y de la situación actual, o es que sencillamente estas fiestas siempre han sido un rollo y yo nunca me di cuenta, pero al entrar en el garito me di cuenta de que algo no iba bien. Sería la curiosa visión de las de Recursos Humanos vestidas de Ducha y Bruja , que me ha dejado claro que mi cama, como en miles de otras ocasiones, era la mejor opción.
Pero allí estaba yo. De muy buen humor la verdad, intentando hablar y bailar pero para mi suerte o mala suerte, no soy sorda. La pachanga y el flamenqueo tienen el poder de ponerme de los nervios.Y es que nada puede resultar divertido si estás sometido a horas de Olé, Olé, Olé (y que no se enteren los americanos de esa eficiente forma de tortura). Y encima si te ves obligado a aguantar la cara de feliz de los demás. Sí, porque la gente se lo pasa bien. No sé si será e alcool o sencillamente el mal gusto, pero a la gente le gusta mucho.
Buleria, buleria, tan dentro del alma mia
es la sangre de la tierra en que naci.
Buleria, buleria, mas te quiero cada dia
de ti vivo enamorado desde que te vi
Y yo no sé si lo que me molestaba más eran "versos" - por así decirlo - como los de arriba, o darme cuenta de que al resto de la gente no le importaba lo más minimo.Pero yo no me rendía y estube allí aguantando el tirón. Hasta bailé sevillanas y sambé en una canción del gilipollas de Carlinhos Brown, porque se suponía que era hora de sambar aunque lo haga este pavo sea cualquier cosa, menos samba (y a mi me gusta a ver el resto de las chicas intentando sambar y haciendolo tan mal).
- Hola, una Heineken, por favor!
- Héinikéin?
- Sí.
- Eres holandesa para decirlo así?
No, no lo soy. Pero vamos a ver, que más le daba el camarero? Yo estube a punto de decirle que la música mala ya era suficiente para estropearme la noche y que las preguntas imbeciles sobraban, pero me callé. Le dije, NO. Y volvi al maravilloso dance floor. A estas alturas mitad de la gente ya se había marchado, llovía cantaros y era casi las tres (el horario ideal para coger un táxi en Madrid).
¿Dios, como he podido aguantar tanto?
Así que dije que me marchaba y dos amigas se han venido conmigo. Dejé el lugar cuando en un raro momento de lucidez del DJ, sonaba New Order.
Y para cerrar la velada con llave de oro, llovía y llovía.Nada de paraguas, nada de taxi. Las tres caminando maquilladas y con disfraces por una Moncloa repleta de adolescentes (que por lo menos han tenido el detalle de decirnos "Gupáj", pese el maquillaje que se derretía, las orejas de gato que se caían y los pelos...mejor ni comentar los pelos).
De milagro encontramos un táxi ya casi en Plaza de España.Nos metemos y le regalamos un chupa chups al taxista. Suelta que el Madrid ha ganado (ya lo sabía, imbecil!) .
Le pregunto que tal el Barça, se calla por unos instantes y me dice que 5 x 1.
Me pongo comoda en el asiento y respiro aliviada. ¡Ni todo está perdido!
19 febrero 2006
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