19 abril 2007

A punto de cabrearme

A mi me cuesta cabrearme de verdad pero supongo que en la vida todo es cuestión de empeño. Y se están empeñando vamos. Los del trabajo digo. Hace buenísimo así que me iré de cañas y no me pondré a pensar en los sinverguenza que son por ni siquiera hablar de dinero después de un supuesto ascenso a un proyecto de 2 millones de dólares. Porque como dice mi ex-jefa yo sonrío demasiado al hablar con la gente y por lo visto no sólo parezco feliz sino que doy la impresión de que trabajo por amor al arte y no por dinero.

Y como es que un jefe que está a miles de kilometros puede caerme mal? Supongo que el tema de la pasta está afectando nuestras relaciones bilaterales. Le doy un mes para sacar el tema, sino lo hace, ya me encargaré yo de hacerlo.


Me voy...¡Rumbo a las cañas!

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