06 agosto 2007

Agosto

Madrid está vacío. Yo estoy en Madrid. Yo y el calor senegalesco que ha decidido instalarse por aquí. Todo el mundo se ha ido y podría haber algo de poético en las calles silenciosas no fuera porque nadie es capaz de hacer poesía cuando 42 grados golpean su cabeza. O puede que sea sólo yo. Llamadme rara.
Ayer celebré el cielo gris como celebraría un día azul en otoño. Que gusto no ver el sol, el aire humedo, el placer de no sentir en la piel sus dañinos rayos ultravioletas. Pero duró poco… fue ponerme los patines y pisar el suelo húmedo (eso mismo) del Retiro para que el astro rey volviera a convertir la bella Madrid en una sucursal temporal del infierno.
Me gusta Madrid pero a lo mejor es hora de marcharse. ¿Adonde? Ni idea. Llevo tiempo dando vueltas... Me gusta la vista preciosa que tengo desde la Calle O´donnel hacia Alcalá en los fines de tarde con los colores más bonitos del mundo. Pero no me gustan los precios del alquiler, eses sueldos surrealistas y las hipotecas a 50 años. Puede que todo sea sólo el gusanito del cambio, o puede que sean las ganas de encontrar un lugar más tranquilo donde asentarme. Jamás pensé que Madrid me parecería una ciudad tan grande y que me gustaría ir a un sitio más pequeño, más tranquilo y principalmente un sitio donde haga menos calor en verano.

1 comentario:

-merrick- dijo...

Yo me iría a Graná o a Vigo.

De hecho voy a hacer un sitio que sea una mezcla de los dos llamado Vigrada.