24 septiembre 2012

Palabras

Y de repente llegan las palabras. Estas que andaban escondidas entre tanto miedo y oscuridad. Estas que te negaste a oír porque no sonaban como la canción perfecta, estas que señalaban el camino más obvio y más duro de tomar.
Llegan y vuelven adonde siempre han querido estar pese a la falta de tiempo y de poesía en estos 30 minutos para cambiar una vida que nunca tuvo intención de dejar de ser la misma. Tenía que poner en práctica tanto ensayo solitario y gritar al mundo lo que todos sabíamos: no puede ser para siempre.
Triste? Alegre? Poco importa cuando las miradas de ahora son realmente más libres y más llenas de luz que aquellos ojos condenados a observar la noche. Y vamos adonde todo es nuevo y encantador. Y vamos adonde no hace frío, ni la gente mira hacia abajo y las estrellas sonríen al vislumbrar la tierra de antes, sorprendidas porque todo el camino ahora es desconocido y suavemente brillante y cálido como este sol de otoño.



1 comentario:

Perséfone dijo...

Entonces, ¿vamos?

Un abrazo.