
Hay tantas cosas para que disfrutemos del momento y evitemos estar aburridos. No hablo sólo de un amor, aunque esté bastante convencida de que ayude. Puede ser un equipo de fútbol, un viaje largo que preparar, una canción de The Cure, unos festivales en verano, las ruedas de unos patines, puede ser la certeza que ni lo bueno, ni lo malo duran para siempre y puede ser tan sólo la mañana fría de navidad con sus calles desoladoramente vacías y bellas. Puede ser un libro de poesía, la tele que se queda encendida y vela tu sueño, la radio que te acompaña de camino al trabajo o incluso aquel recuerdo de un afecto que no pudo ser. Hay miles de cosas que sí, podrán ser. Hay miles de viajes que sí, podrás hacer, partidos que ganarás y rutas que conseguirás terminar. Y así transcurrirá la vida: sin sentido, con cosas buenas y malas pero con los eternos y poéticos beneficios de la duda, de la superación y de la esperanza.